MIL MONEDAS DE ORO
Érase una vez,
Un duende feliz
Que guardaba su tesoro,
De mil monedas de oro,
En un gran sauce, bajo su raíz
El sol con sus fulgores
Iluminaba tenuemente los bordes
De su enorme y ancha nariz.
¡Sirk, sark,
sork!
Decía el duende
al compás del son
De una mágica canción
La mariposa se
carcajeaba
Al ver que el
duende travieso
Brincaba encima de
una rama,
Mientras el aire
fresco
Al sauce
zarandeaba
¡Cric, crac,
croc!
La rana le
cantaba
Mientras el
duende murmuraba...
¡Mil monedas de oro!
Yo tengo en una
bolsa bien guardada
¡Eso es un
tesoro!
Tras la bella
rosa,
La oruga
envidiosa susurraba.
Mientras el
duende bailoteaba
Contento por su
oro
La oruga muy
despacio
Se encaminó hasta
el árbol
Y atravesó por un
hueco,
Buscando el gran
tesoro
¡Sirk, sark,
sork!
El duende la atrapó
¡Ese tesoro es
mío!
El duende
pronunció
La oruga sonrojada
Sus antenas enroscó
Había sido pillada
Y vergüenza ella
sintió
El duende ya
enfadado,
Su pie derecho alzó
Y con un tremendo
puntapié,
¡Sirk, sark, sork!
Afuera la arrojó.
©copyright Araceli García 2013.

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